Mis innumerables inquietudes me lleva a leer esta obra que me regalaron hace años y que desvela secretos valiosísimos de los enigmáticos caballeros cuya orden sacudió los cimientos del mundo occidental, dejando tras de sí toda una historia por descubrir.
El significado de los colores negro, blanco y rojo, las formas de enterramiento o el juego de la oca, la simbología de los números o de las cruces patriarcas, su relación con las vírgenes negras o por qué aparecen extrañas figuras mitológicas en los capiteles de claustros y pórticos templarios...
En estas páginas, ampliamente ilustradas, Jesús Ávila nos descubre sobrecogedoras leyendas que siguen gravitando en el microcosmos de la España templaría.
Precisamente la idea de leerlo me surgió poco después de realizar el Camino de Santiago donde hay gran cantidad de lugares cuyo construcción se atribuye a los templarios y otros lugares relacionados, por lo que me arrepiento no haberlo leído antes pues me habría servido para fijarme mejor en esos detalles como: en la iglesia parroquial de Los Arcos se rinde culto a la Virgen Morena, Santa María de los Arcos de comienzos del siglo XIV, policroma, tallada en madera de roble -el árbol sagrado de los celtas- o imagen de una colunma realizada con triple serpiente enroscada comunica a los creyentes de San Pedro de Rúa, en Estella, que se encuentran en un lugar cargado de energía telúrica, o en Santo Domingo de la Calzada, exactamente en la tumba donde reposan los restos de este santo constructor, fallecido en 1106, sobre su sarcófago, en un capitel en forma de imposta, aparece la escultura de una dama destapando un tarro alquímico, o conocer más acerca de Jacques B. de Molay cuyo nombre es el que lleva unos de los albergues de Terradillo de los templarios. Por supuesto que también se habla de Santa María de Eunate, de la iglesia del Santo Sepulcro de Torres del río o del castillo templario de Ponferrada.
