viernes, 8 de noviembre de 2013

EL MANUSCRITO CARMESÍ

En los papeles carmesíes que empleó la Cancillería de la Alhambra, Boabdil da testimonio de su vida a la vez que la goza o la sufre. La luminosidad de sus recuerdos infantiles se oscurecerá  pronto, al desplomársele sobre los hombros la responsbilidad de un reino desahuciado. Su formación de príncipe refinado y culto no le servirá para las tareas de gobierno; su actitud lírica la aniquilará fatídicamente una épica llamada a la derrota. 

Desde las rencillas de sus padres al afecto profundo de Moraima; desde la veneración por su tío el Zagal o Gonzalo Fernández de Córdoba, una larga galería de personajes dibuja el escenario en que se mueve a tientas Boabdil.